jueves, 1 de junio de 2017

Slint - (1991) - Good Morning Captain

Slint es un grupo de post-rock de Louisville (Kentucky), Estados Unidos formados en 1986 de los restos de Squirrel Bait. Aunque se separaron en 1991, la banda ha sido una influencia principal en el estilo post-rock. Los miembros de la banda eran Brian McMahan (guitarra y voces), David Pajo (guitarra), Britt Walford (batería), Ethan Buckler (bajo en Tweez) y Todd Brashear (bajo en Spiderland).Slint es un grupo de post-rock de Louisville (Kentucky), Estados Unidos formados en 1986 de los restos de Squirrel Bait. Aunque se separaron en 1991, la banda ha sido una influencia principal en el estilo post-rock. Los miembros de la banda eran Brian McMahan (guitarra y voces), David Pajo (guitarra), Britt Walford (batería), Ethan Buckler (bajo en Tweez) y Todd Brashear (bajo en Spiderland).

domingo, 28 de mayo de 2017

Mariana Päraway Ft. Loli Molina - Verne y el faro

divino tema divino video

Leonard Cohen - Traveling Light



En
1988 yo estaba en San Francisco tocando percusión en un proyecto
acústico, la banda de Penelope Houston, cuando nos enteramos de que
venía a tocar Leonard Cohen al legendario Fillmore, presentando I’m Your
Man. Fanáticos totales que éramos el acordeonista Josef Brinckmann y
yo, le insistimos a Penelope en que tratara de incluirnos en el evento.
La respuesta de la producción fue NO: Cohen no usaba teloneros en sus
shows. Sin darnos por vencidos, nos acordamos de que el Fillmore
tenía un bar de recepción con sonido y escenario, y le rogamos a
Penelope que les proponga que tocáramos ahí, separados del escenario
principal. Para ella la propuesta no era muy atractiva ya que en ese
caso no ganaríamos nada, pero gentilmente accedió de todos modos, para
darnos el gusto.


Lo que
nadie había calculado era que el espacio donde íbamos a tocar funcionaba
también como recepción y catering para los artistas.

Así fue
que mientras hacíamos la prueba de sonido de repente entra Cohen a
pleno, trajeado y con su sombrero, tomando a sus coristas Perla Batalla y
Julie Christensen en cada brazo, demás músicos detrás. Se fueron
sentando en las mesas justo delante del pequeño escenario mientras
nosotros, en estado de shock y sin saber bien qué hacer, seguimos
tocando. Enseguida vino alguien a pararnos, pero ahí nomás se lo oyó a
Cohen proclamar, con esa mezcla de tranquilidad zen y autoridad
ancestral que siempre lo caracterizó: “No, no… Let them play” (No, no...
Déjenlos tocar). Medio estupefactos seguimos, mientras Cohen y sus
músicos comían. Cada vez que terminábamos un tema, Cohen dejaba lo que
estaba haciendo y, cigarrillo en mano, subía los brazos para aplaudir.


Veinticinco años después, con Josef volvimos a ver al maestro en su
última gira. Aprovechamos para revivir una vez más, como tantas veces
hicimos, como volveremos a hacer: el día que tocamos para Leonard Cohen.

miércoles, 24 de mayo de 2017

domingo, 21 de mayo de 2017

L.A Spinetta- No Quiere Decir



NO QUIERE DECIR

Aunque el sol te abrigue

no quiere decir que no tengas más frío.

y si la luna se cubre

no quiere decir que no tengas su luz.



Cada día es la mañana desnuda

y tu corazón tiene prisa.

y si el mundo se oculta

no quiere decir que no puedas volar.



Mientras el cielo brille amor

por tí yo esperaré.

oye sólo la distancia amor

y por ti yo esperaré.



Una vida lejana

se escucha pedir por su amor sin destino.

y si la noche la calla

no quiere decir que se apague su sed.



Si en un sueño la buscas

no quiere decir que ella no esté a tu lado.

y si sus manos se escapan

no quiere decir que no tengas tu piel.



Va en mis alas el reclamo amor,

va desde mi corazón.

va en mis alas el reclamo amor,

va desde mi corazón.



Aunque el sol te abrigue

no quiere decir que no tengas más frío.

y si la luna se cubre

no quiere decir que no tengas su luz.



Cada día es la mañana desnuda

y tu corazón tiene prisa.

y si el mundo se oculta

no quiere decir que no puedas volar.



Cada tanto la palabra adiós

retoma el amanecer.

cada vez que la pronuncias amor

después yo debo renacer.

Dúo Salteño - Como Quien Entrega el Alma (1984) [Full Album]

lo mejor del folk argento,no confundir con nocheros palavecinos,no es folk no es folk

Annie Lennox - Unplugged

sábado, 20 de mayo de 2017

(CANCION DE AMOR MIENTRAS TANTO )ROMAN BAEZ

ROMAN BAEZ – Sus inicios y su desarrollo

En la época colonial el paraje constituía tierras inexploradas ubicadas al “oeste” de la Villa de Mercedes. Es posible que vagara por la zona la indiada de la tribu del cacique Chivilque,  en busca de guaridas de nutrias muy estimadas por su piel. No se encuentra documentación que confirme la sospecha de la presencia del jefe indio, se dice que merodeaba campo lindante con los del inglés Juan Smith, criador de lanares y dueño de una vieja estancia. El escritor chivilcoyano don Mauricio Birabent, le atribuye al indígena haber colaborado con la tropa de Santiago de Liniers para desalojar de Buenos Aires al general Beresford durante la invasión inglesa.
A menos de tres kilómetros de la estación, corre de este a oeste, la Laguna del Tigre, en jurisdicción de Gorostiaga, que junto a otras de menor caudal de agua, dan origen a Las Saladas. Vecinos del lugar recuerdan que en épocas de intensas lluvias la laguna se desborda y es posible apreciar la caída de los rayos del sol – en los atardeceres – sobre el agua, produciendo una reverberación luminosa. En estos campos algo blandos y quebrados, a fines de enero de 1852, se detuvo una parte importante del ejército de Urquiza, entre la alta oficialidad se encontraban los Generales Virasoro, Díaz, Pirán y el Coronel Domingo F. Sarmiento.
Ubicamos a la estación del ferrocarril de la antigua línea Oeste de Buenos Aires, hoy bautizada con el nombre Domingo F. Sarmiento, al noroeste de la ciudad cabecera del Partido de Suipacha, a una distancia de 12 kms. por camino de tierra. Tiene una parte destinada a los servicios ferroviarios, plataforma y playa. Cuenta con un andén, despacho de boletos, de encomiendas, bultos y equipajes.
La actividad comercial se desenvolvió en el perímetro circundante a la parada de los trenes. El terreno donde se construyó la estación, fue donado por el estanciero don Román Báez, que lo había adquirido con anterioridad en condominio en el año 1861. En reconocimiento al gesto, se la designa con el nombre del donante, quien  en vida ocupó distintos cargos públicos en Suipacha. En 1910, siendo Comisionado Municipal donó sus sueldos, para apoyar el proyecto de construcción de un hospital en el terreno cedido por Hermógenes Llorente, ubicado en el barrio las “14 Provincias”, hoy ocupado por la Escuela N° 8.
La historia de los ferrocarriles argentinos esta íntimamente vinculada a la creación y desarrollo de los pueblos en la campaña bonaerense, hecho que acrecentó la unidad nacional y mejoró notablemente la vida de los vecinos.
El ramal construido desde Suipacha a Bayauca  (Lincoln), fue habilitado al público el 12 de octubre de 1907, dio satisfacción a la demanda de los intereses comerciales de la región y  la comunicó, por vía empalme Bragado con Colonia Alvear Oeste en Mendoza. A partir de esa fecha los vecinos y autoridades intentan la formación de un pueblo rural, que alcanzó un escaso desarrollo.
Con este moderno medio de transporte, se podía llegar directamente, saliendo de Báez con trasbordo en Suipacha a la Capital Federal o desde el mismo sitio partir hacia Lincoln. El ferrocarril prestó un importante servicio a los pobladores, poniendo a su disposición el  telégrafo, que funcionaba de manera gratuita, todos los días en el horario de 7 a 18 horas. Hemos pasado vista a una estadística, que indica que en la década del cuarenta, la población ascendía a 443 habitantes distribuida en chacras y estancias y  utilizaban el tren  unos 350 pasajeros por año. El transporte de cargas de ganado en pie, era muy requerido por los ganaderos por ser rápido y económico.  
En las pequeñas localidades rurales como Báez, Ayarza, Huergo y Monn, se recibía en tiempo, por tren, parte de los víveres frescos para el consumo de la población, como huevos, pescados, frutas, aves y verduras.
Diariamente por  las mañanas salía de Suipacha un tren  con dos vagones cargados de tarros vacíos de leche, uno remitido por La Suipachense y el otro fletado por La Vascongada, y en el mismo día, regresaban los vagones, con tarros llenos del apreciado líquido.
Los días lunes al medido día paraba en Báez un tren que se dirigía a Lincoln y al día siguiente,  regresaba de dicho punto, pasando a las 18horas.
Mientras se preparaba el despacho del tren lechero hacia Suipacha. Los carreros libres de sus ocupaciones, concurrían a la cancha de pelota a paleta, levantada en el almacén de Rodríguez Hnos., luego de Aldabe y Goyeneche(2), para entretenerse con el juego durante la espera.  Todo el tráfico era realizado por medio de los carros que diariamente llegaban con ese propósito a la playa de la estación, cargando del carro al vagón o viceversa.
En los galpones del ferrocarril se organizaron matinés danzantes con la animación de conjuntos musicales de la zona, a las que concurrían las damas y caballeros del lugar, de esas reuniones, nació más de un romance. Por iniciativa del señor Ángel José  Araujo, quién fuera  Jefe de la Estación Báez entre los años 1965 a 1976, fue quién hizo las gestiones para contar en la zona con el precioso aporte de la energía eléctrica que  cambió la vida de los vecinos para siempre (3).
El incipiente caserío de principio de siglo se fue ubicando a ambos lados de la calle principal, que corre de sur a suroeste, sobre una mano se ubicaban los galpones y la estación ferroviaria, acercándonos al paso a nivel, se apreciaba un viejo almacén y antes del cruce de las vías el puesto policial. Sobre el callejón que corre al otro lado de los rieles, se ubicaban la cancha de pelota a paleta, el colegio y tiempos más tarde se construye la capilla y la sala de primeros auxilios. A la derecha del destacamento de policía se construyó la fábrica de quesos. En las inmediaciones existen hoy no más de veinte familias con residencia en campos aledaños. Se cuenta con electrificación rural y el servicio de trenes se halla paralizado desde la década del noventa.
La escuela provincial número nueve de enseñanza primaria y pública funcionó en sus inicios en el campo del señor Diorio, trasladándose más tarde a su actual emplazamiento, en ella se cursaba hasta tercer grado y asistían 35 alumnos. Algunas de sus directoras fueron doña Edelmira M. D.  Pérez,  Ernestina Rodríguez y  Rosa F. Marino de Martínez, entre otras.
Un almacén de ramos generales, quizás el primero, que abrió sus puerta en el año 1926, era atendido por Rosa R. Cavagnaro y su esposo, poseía el tradicional despacho de bebidas, un anexo para carnicería y panadería – el pan llegaba en tren desde Suipacha – y una dependencia se destinada para la oficina de la estafeta postal, en la que se podían librar giros. Además se prestaba un servicio de coches de alquiler, pudiendo los pasajeros llegar en automóvil a Suipacha. La otra carnicería, perteneció al señor Juan B. Gardiello y luego a Félix Lanfort.  En la década del cuarenta, fueron arrendatarios de campos don Esteban Merialdo,  Joaquín  García, José García y Ángel M. Lagomarsino entre otros.
Años más tarde, al cerrase el negocio de Rosa R. Cavagnaro, funcionó por un tiempo en ese lugar el “Club 14 de Marzo”, edificio que posteriormente es demolido para levantarse la fábrica de quesos de Vicente Cerrella, que remitía su producción por camión a Buenos Aires.
Alcanzaron gran desarrollo las actividades agropecuarias con la prosperidad de las estancias “Santa Rosa” de Juan Carlos Bengolea y “La Gloria” de Washington Jáuregui entre otras. Sabemos por gentileza de Victoria Bengolea (1) que Juan Carlos creó un tambo a mano y su hijo Abel Manuel  uno eléctrico. En época mas cercana “Tambo y Cabaña Las Cuatro Marías”. La estancia y cabaña “Santa Rosa”, se dedicaba a la cría de reproductores vacunos puros de pedigree de la raza Shorthorn, cuyos  expositores, participaban en las Exposiciones anuales organizados por la Sociedad Rural Argentina en el predio de Palermo, trasladando los animales  por medio del tren.
Figuran en la Guía Comercial del Ferrocarril Sud, editada en el año l940, con información de los períodos 1938 y 1939 dos almacenes de campaña, una carnicería, dos herrerías, una estafeta postal, una escuela provincial y un puesto policial atendido por un agente.
En la citada guía, se indicaban las siguientes estancias, a saber: “El Hinojo”,  cercana a las vías del ferrocarril, de propiedad del dr. Angel M. Lagomarsino, sus anteriores dueños fueron las señoritas Diehl, caracterizadas damas de la sociedad que de distinguían por su hospitalidad. Estancia “La Bella Vista” de Esteban Bidondo, adquirida a Francisco Correa, “La Buena Vista” de Mariano Martínez, hoy propiedad de sus descendientes y  “El Matrero” de  Arturo y Enrique Diehl.
Agregamos que la construcción del edificio de la estancia “La Buena Vista” fue iniciada el 3-3-1864, por el señor Enrique Diehl casado con Catalina Loray, según lo cita el profesor Arístides Testa M. Díaz, en su trabajo sobre los primeros pobladores de Suipacha.
Se menciona como lecheros y granjeros, que utilizaban los servicios del ferrocarril Oeste, a los señores Bernardo Duhart, Carlos Irastorza, José Lanfranchi, Adolfo Diehl y Pedro Iribarne etc., entre los más conocidos. Como sembradores de granos y lino a los señores Salvador Palmentieri, Pedro Pisi y Pascual Amoretti. Para separar el grano,  eran ofrecidas desde Suipacha trilladoras por los contratistas rurales, señores Juan Cordoni  o José Arias. A principios del siglo XX, se hallaba sembrado con lino, desde Suipacha a Román Báez. Este oleaginoso era usado en el proceso de fabricación de fibra textil para elaborar telas de vestir.
El clima de la zona es templado – húmedo, con un período libre de heladas de 260 días y temperaturas en general suaves que hacen posible realizar una gran cantidad de cultivos. Las precipitaciones oscilan entre 900 y 1100 mm. anuales, con ligeros déficit estivales. El paisaje dominante son áreas planas y lomos muy suaves, con suelos profundos con problemas de drenaje. En los sectores más bajos se desarrollan suelos mal drenados y alcalinos. La vegetaciòn y fauna original han sufrido una profunda transformación como resultado de la explotaciòn agrícola y ganadera. A fines de los años ochenta se procuró dar salida a las aguas muertas por medio de zanjas o canales. La superficie destinada a labranza, se estima en 3000 a 5000 hectáreas sembradas. El área cultivada se integra por trigo, soja y maíz.
La explotación tambera, ocupa un lugar de importancia en el  orden de prioridades de los vecinos. Los establecimientos ganaderos, se inclinan por la hacienda de cría y el engorde de novillos. La implantación de pasturas perennes y anuales, constituyen una alternativa para optimizar el uso de los recursos forrajeros y disminuir el costo de comercialización. En cuanto a la composición por razas, puede verse, la preponderancia en la participación de la raza Holando Argentino, le siguen Aberdeen Angus y Shorthorn. Se observa una merma en la cantidad de vacunos con relación a la existente en los fines de la década del ochenta.
A fines de la década del treinta, se hace cargo del puesto policial, el cabo Fidel Romero, que hasta el año 1963 cumplió sus funciones de manera ininterrumpida. Durante dicho período vivió con su familia en una casa proporcionada por el ferrocarril. Un familiar narra que los vagones hacían de celdas y en caso de no contarse con ellos, se esposaba a los transgresores de la ley en los árboles. El principal delito a combatir en aquel tiempo era el abigeato, la invasión de campos por los nutrieros y la caza furtiva.
La patrulla la hacía en un charret acompañado de su inseparable perro “Tigre”. Hay acontecimientos que merecen citarse, un día llegaron al lugar tres caminantes de las vías (crotos) que se habían introducido subrepticiamente en uno de los dos galpones ferroviarios existentes. Al tomar conocimiento de la novedad, el cabo Romero, tomó su sable y llamó a su perro. La presencia policial en el sitio, no fue del agrado de los vagabundos, palabra va, palabra viene, se desacatan, insultando y amenazando a la autoridad mientras lo  rodeaban en círculo. Lo que esta gente, no sabía, que Romero no era hombre de amilanarse fácilmente,  desenfundó el sable y se dispuso aguantar el entrevero, en la lucha logra dominar  a dos hombres, a uno lo esposa y al otro lo ata a un lugar fijo. Mientras que el tercero al ver la situación difícil decide emprender la huida, pero el perro Tigre que había tomado parte en la pelea, emprende la persecución y alcanza al prófugo tomándolo de una muñeca y lo arroja al suelo, en espera de la llegada de su dueño. Es así como logra reducir a los “crotos”, que resultaron  con antecedentes de riñas.
Recién en el año 1967 se construyó mediante colecta pública la  capilla, puesta bajo la advocación de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, que celebra su día, todos los 8 de diciembre de cada año y es atendida por los sacerdotes de la parroquia de Suipacha. En la primera década del noventa se habilita la sala de primeros auxilios atendida por una enfermera.
Entre los años 1991 y 1994, se llevan a cabo las principales obras de limpieza de los canales existentes en la región, con personal y máquinas municipales y el consiguiente apoyo del gobierno de la provincia.
Una de las obras màs importantes es el dragado de un canal que va desde el campo de propiedad del sr. Nasrrano, lugar de baja altitud, en dirección a la estancia del señor Enrique Julio Diehl, sitio de mayor altitud sobre el nivel del mar. Para un rápido escurrimiento de las aguas muertas hacia la laguna Las Saladas, se solicitó la autorización de ferrocarriles para perforar el terraplén de las vías, colocándose tubos de cemento de un diámetro adecuado, para dar salida al agua embalsada. Esta obra pública se realizó a la altura del campo denominado La Solita. Hoy, después de varios años transcurridos, los vecinos pueden apreciar las tierras sembradas con sorgo, girasol, trigo y praderas.
Para finalizar, si trazamos un círculo imaginario, estableciendo como centro a la estación del ferrocarril, con un diámetro de varios kilómetros, abarcando parte de los cuarteles II y III, vemos que se han establecido muchas familias emparentadas entre sí, propietarias de tierras, que sería largo de enumerar con nombres y apellidos, porque seguramente, dado la complejidad de la tarea incurriríamos en errores y omisiones. Muchos apellidos que se pueden apreciar, tienen residencia muy antigua, otros menos tiempo, pero le dieron un gran impulso a la zona con sus emprendimientos agropecuarios y también se observan titulares de dominio de fracciones de campos a empresas comerciales y personas ajenas al medio, con pocos años de radicación.
Aprovecho la oportunidad, para agradecer los valiosos testimonios que me ayudaron a confeccionar la

Peteco Carabajal - La estrella azul - HD

ALGUNOS LO TIENEN A LA VUELTA DE LA ESQUINA Y NI LO REGISTRAN,OTROS SANGRAN EN SU POESIA

martes, 16 de mayo de 2017

Mogwai - Hardcore Will Never Die, But You Will [Full Album]



Mogwai es una banda escocesa de post-rock formada en 1995 en Glasgow,
llegando a ser una de las bandas de post-rock más conocidas. La banda
consiste en Stuart Braithwaite (guitarra, vocales), Barry Burns
(guitarra, piano, sintetizador, vocales), Dominic Aitchison (bajo) y
Martin Bulloch (batería).2


Su música consiste en largos temas instrumentales a base de
guitarras, siguiendo la tradición dentro del post-rock, alrededor de una
melodía inicial; también son conocidos por su tendencia a intercalar
pasajes tranquilos con pasajes más fuertes de una forma muy dinámica,
con líneas de de bajo melódicas y muy definidas, y un sonido más bien
introspectivo, a ratos oscuro y a ratos potente y soberbio.

lunes, 15 de mayo de 2017

Mariana Carrizo - Doña Ubenza - L.y M. Chacho Echenique

divino video
https://soundcloud.com/clever-insua/flor-silvestre-2 un demo,con una letra inspirada en mi madre,con las aristas de su alma que viasja por el espacio y sigue embelleciendo mi historial

Sparklehorse and Radiohead - Wish You Were Here

http://www.rockdelux.com/secciones/p/sparklehorse-dead-man-walking.html

http://www.rockdelux.com/secciones/p/sparklehorse-dead-man-walking.html un reportaje a mark linkous,tiempo despues de su accidente y de haber sido telonero de radiohead

"Eyepennies" - Sparklehorse (ao vivo)

Sparklehorse fue una banda de indie rock estadounidense que fue liderada por el cantante y multi-instrumentalista Mark Linkous hasta su muerte por suicidio el 6 de marzo de 2010 . El baterista y multi-instrumentalista Scott Minor es un colaborador frecuente.

domingo, 14 de mayo de 2017





Uno abre la puerta y sale a la calle con un infierno escarbándole las entrañas. Afuera, la siesta del domingo transcurre silenciosa y quieta, como si no pasara nada. Y no pasa nada, hermano, no pasa nada. Si después de todo, es apenas un partido más. Un partido más entre los miles de partidos que han jugado los clásicos equipos rosarinos. ¿O acaso uno piensa o alguien se acuerda de cómo salieron en el primer partido del año 75? ¿O en el segundo? Ni uno mismo lo sabe. Ni se acuerda. Son emociones momentáneas, pasajeras. Intensas pero fugaces. Un dolor profundo, una alegría enceguecedora pero que al día siguiente ya se va, desaparece sin dejar huellas físicas visibles, como la varicela. Seguro que no hay casi nadie en la cancha. Casi vacío el Parque. Mañana dirá el diario que el partido concitó poco público. Que la campaña irregular de los sempiternos rivales, la promesa de un mal partido y la amenaza de un nuevo empate alejó a las parcialidades, por supuesto. No tiene importancia el partido. Si se pierde, habrá un chisporroteo urticante durante un rato, alguna cargada extemporánea, una mirada sobradora, pero nada más. Nada más. Pero será un empate. Quedan 45 minutos apenas, si es que ya ha empezado el segundo tiempo. 45 minutos. Pero ¿cómo es posible que tarden tanto en pasar 45 minutos? ¿Cómo puede ser que se transformen en una eternidad inacabable? La cosa es no mirar el reloj. No mirarlo nunca. Entonces, de pronto, cuando uno en un reflejo natural y entendible de animal urbano mira el cuadrante, ya han pasado 40 minutos o 43, no queda nada. Dos minutos apenas, un suspiro, una minucia de tiempo, un preámbulo mísero al gesto altivo del árbitro que levanta la mano derecha y muestra a los jugadores, a la tribuna y al mundo, que adiciona dos minutos solamente, que le importa un carajo que haya habido ocho de demora por choques y turbamultas y que está dispuesto a cortar el clásico lo antes posible con la tranquilidad de haber sacado el partido sin problemas mayores ni expulsiones injustas. Es así. Pero lo más jodido son los primeros 20 del segundo tiempo, eso es lo jodido, uno cavila. Allí todavía los equipos quieren llevarse los dos puntos y el local especialmente, carajo, se lanzará al ataque obligado por su condición de dueño de casa. ¡Y los nuestros son tan boludos que siempre se desconcentran en los primeros minutos! Entran dormidos, no encuentran las marcas, les meten goles imbéciles tras un rebote. Goles boludos... ¿Qué es eso? ¿Qué es eso? ¡Un bocinazo! ¡Hay un gol! ¡Alguien festeja! Si se escucha otra bocina no quedan dudas, ya se celebra... Pero no hay nada. Vuelve el silencio.
Uno camina y percibe un golpeteo sordo, un tam-tam opresivo desde el lado de adentro del pecho. La boca pastosa ¿cómo mierda pueden tardar tanto en pasar 45 minutos? Si uno va a comer por ejemplo, o a tomar un café y esta allí, al pedo, charlando, mirando a la gente, distraído y de pronto cuando mira el reloj, ya se le ha pasado más de una hora ¿Cómo es posible esa  diferencia de densidad en el tiempo? Es más, hace muy poco, digamos ayer sin ir más lejos, uno estaba en el patio de su casa jugando a los soldaditos y ahora, de golpe y porrazo, ya tiene la edad que tiene y se le ha caído el pelo de la cabeza. Hace horas prácticamente, se reunía con los compañeros de la secundaria festejando la finalización del quinto año, estrechaba la mano de Podestá, jodía con Carelli y de pronto, en un soplo, está aquí, caminando por las calles del barrio como un prófugo, como un linyera, como un fugitivo, tratando de que pase de una buena vez por todas ese puto clásico con el resultado que sea. Eso mismo. El resultado que sea. Victoria, empate o derrota. Incluso derrota. Porque la derrota, cuando se acepta, cuando se instala, invade el cuerpo como una medicina amarga pero relajante, resignada. Lo que a uno lo destruye es la ansiedad. Dos semanas, tres semanas, cuatro, esperando que llegue el día preanunciado. Séptima fecha de las revanchas. Y lo inapelable de lo indefectible. Esa bola en el estómago que se va  formando en los comentarios previos, durante el partido con Vélez, durante el partido con Ferro, durante el partido con Boca, en torno al clásico que se acerca. La fiesta de la ciudad... ¡justamente! Se van a la concha de su madre con la fiesta de la ciudad. Feliz es ese perro que cruza la calle. Se oyen incluso las pisadas acolchadas de sus patas sobre el empedrado, tal es el silencio de la siesta. No sabe nada del fútbol, no sabe nada del clásico, no le importa un sorete el resultado ¿Y eso? Alguien gritó. Sí. Alguien gritó. En una casa cercana se elevó un grito. ¿Hombre o mujer? Si es mujer puede que no haya pasado nada. Un reproche a su hijo tal vez. Si es de un hombre puede ser un gol. Aunque hay mujeres terriblemente fanáticas también. Es más. Son las peores con las cosas que les gritan a los jugadores en la cancha. La casa es humilde. Puede ser gol de Central, entonces. El barrio es un reducto canalla. Pero ahora está todo muy mezclado. Antes los verduleros eran de Central y los oligarcas leprosos. Pero ahora uno ve conchetos que son canallas y unos grones impresionantes que son leprosos. Se ven incluso niños con la rojinegra muchas veces. No hay seguridad por lo tanto de que ese grito de alborozo provenga de un centralista. De todos modos, no se repite. Uno mira hacia el entorno como un indio. Olfatea el aire, para las orejas, gira la cabeza buscando indicios en el aire. No se puede sufrir tanto. Tal vez sea mejor ir a la cancha. Uno esta allí in situ, en el lugar propiamente dicho de los hechos. Enclavado en medio de la popu, mirando lo que pasa, sin necesidad de adivinar nada ni de que se lo cuenten. Pero hay que ir muy temprano, cuando empieza la reserva. Y pararse y sentarse, y pararse y sentarse y pararse y sentarse cada vez que hay una situación de gol hasta que al fin se paran todos para siempre y se termina esa historia. Hay que estar más entrenado que los jugadores, carajo. Estrujado, además, por la sudorosa multitud bajo el sol inclemente del estío. Y ver el insufrible espectáculo de los lepras cubiertos de banderas gigantescas, saltando y gritando como demonios en la bandeja de enfrente. Porque no se puede ir a las plateas y correr el riesgo de quedar sentado junto al enemigo. Y después, la otra, la verdad: de visitante, sea en la Bombonera, en el Gasómetro o en el Monumental, es muy pero muy probable que te rompan el culo. Históricamente ha sido así. Y el regreso es duro. Pero lo peor es la radio. Es mucho peor que ir a la cancha. Es como pelearse con un tipo en una habitación a oscuras. Los relatores asumen la responsabilidad frente a sus oyentes, y más que nada frente a sus anunciantes, de dotar de dramatismo al espectáculo, esa verdadera fiesta del fútbol rosarino. Por lo tanto, los remates siempre salen rozando los maderos, las atajadas siempre revisten la condición de milagrosas y los ataques en profundidad despiden invariablemente un definitivo aroma a gol. Hay que guiarse entonces por el estallido de la tribuna, allá, en el fondo. El rumoreo de la indiada como telón de fondo del tipo que transmite. Uno escucha el "Uhhh" que se transforma en "Ahhh" cuando todavía el relator no ha alcanzado a gritar que esa pelota se viene como balazo para el marco, y uno ya entiende que nos salvamos de pedo o que volvimos a perder una ocasión irrepetible. Uno escucha el estallido lejano cuando el tipo aún está anunciando que llega el centro y ya sabe que el grandote de ellos saltó y te la mandó a guardar. En la cancha al menos, uno ve dónde está el wing, dónde se fue esa pelota y a qué distancia real del arco se desarrolla la jugada. Aunque también está el recurso de escuchar otro partido y esperar la conexión con Rosario. River-San Lorenzo por ejemplo, que conectará a cada momento con la emoción que se vive en el Parque Independencia en otra edición de uno de los clásicos más antiguos de nuestro fútbol. Pero allí la cosa suele ser peor. El corazón está inerme ante el sablazo fatal de la noticia. Antes por lo menos, con Fioravanti —un caballero de la radiofonía deportiva— alguien te anunciaba: "Atento Fioravanti". "¡Atento Fioravanti!" llamaba un tipo. Entonces uno se agarraba de las almohadas, por ejemplo —si estaba tirado en la catrera— daba una vuelta carnero sobre el lecho, mordía la sábana y aguardaba, como un pelotudo, como un cordero ante la destreza final del matarife, el golpe artero. Podía ser que llamaran desde otra parte, supongamos, desde Platense en Manuela Pedraza y Cramer, después de todo. O bien desde el coqueto estadio de Atlanta, para anunciar un gol de un ignoto puntero izquierdo. A veces uno, antes, un segundo antes, percibía detrás de aquel llamado cobardemente anónimo el corto e inusual estallido del público, de algún público, más parecido al sonoro griterío de los locales que al apagado de los visitantes y entonces intuía, detectaba, temía, que el llamado fuese desde Rosario. Y para colmo, Fioravanti demoraba la conexión comentando, preciso y atildado, que en esos momentos, los bravos muchachos azulgranas estaban armando la barrera, la empalizada, el valladar, el muro de contención... Pero aquel anuncio, el "¡Atento Fioravanti!", alertaba el espíritu, prevenía la psiquis y disponía el terreno para recibir el dolor supremo o la alegría enceguecedora. En cambio ahora no. Ahora, de buenas a primeras descaradamente, crudamente, ferozmente, un desaforado se mete en la transmisión vociferando "¡Gol de Boca!" y a la mierda. Uno queda aterido, trémulo, abofeteado, pensando que en esas tres palabras pudo haber cambiado el sentido de la vida, el eje del movimiento del mundo y el sentido mismo de nuestra existencia sobre la Tierra. Por eso, por preservación tal vez, uno puede decidir que no quiere saber absolutamente nada sobre el partido. No quiere verlo ni escucharlo, ni siquiera enterarse del resultado hasta el momento exacto del pitazo final. ¿Por qué? Porque uno sabe que todo sufrimiento tiene un límite, que su cansado corazón no podrá aguantar el trámite, que la angustiosa transmisión radial se sumará a la tensión propia hasta alcanzar ribetes intolerables y que prefiere, en suma, conocer el marcador ya puesto de un impacto seco, un manotazo duro, un golpe helado. Sin embargo encerrarse en un ropero, en la piecita chica de la terraza, puede ser ocioso. El sonido radial es finito, incisivo, líquido y se filtra por las paredes. Usted conoce que su vecino suele estallar en un mugido estremecedor ante los goles. Y están también las lejanas bombas de estruendo. Y las bocinas... El cine puede ser. El cine es una opción. Pero siempre habrá en la platea casi desierta del domingo a la siesta, filas más atrás, otro cobarde con una radio portátil incrustada en el oído. Uno, sensibilizado como un animal en carne viva, pese a las tinieblas lo ha visto y asume desde ese mismo momento, que Sharon Stone podrá ponerse en bolas una y mil veces, que Michael Douglas podrá agarrarse los huevos contra una puerta en repetidas ocasiones, pero que, a uno solo lo tendrá sobre ascuas ese mínimo canturreo oscilante y rápido que más que escuchar, adivina y que proviene de la radio del hijo de mil putas de la fila de atrás que hubiese podido elegir otro cine para refugiarse. Por eso, ahora uno está en la calle. Intentó ver televisión y fue lo mismo. Tomó café, dio vueltas por la cocina pero el tiempo se había detenido en la casa como aquel tiempo que diseñara Bioy Casares en La invención de Morel. De pronto hubo una explosión, clara, inequívoca. Una bomba de estruendo. ¡Aquello era un gol, sin duda alguna! Se levantó de la silla y giró varias veces en torno a la mesa, cautivo del infernal desasosiego.
En la cocina la radio, apagada, muda, lo esperaba ¡Podía ser un gol de Central y uno estaba ahí, como un boludo, sufriendo al pedo! Y si era gol de Newells mala suerte. La resignación, sabía, habría de invadirlo como una melaza reparadora. Hubo que correr hasta la radio y encenderla. El dial capturaba un programa musical, insensible a los problemas medulares de la sociedad. Uno buscó locamente con el dial. Apareció una propaganda gritona y vertiginosa ¡Era allí! "Vamos a la boca del túnel" indicó un tipo. Atrás, el rumoreo. No había excitación en los comentaristas, no había exaltación ni clamoreo. "El empate está bien, hasta el momento" sentenció otro. Era el entretiempo y cero a cero. Algún pelotudo descerebrado había hecho explotar aquella bomba perturbando a la gente en su descanso, atentando contra la vecindad inocente. Uno apagó la radio, casi con rabia ante su ataque de debilidad. Cuarenta y cinco minutos nomás para el final del suplicio. No se podría aguantar allí adentro. La adrenalina recorría el cuerpo como uno de esos carritos multicolores que suben y bajan, endemoniados, por las Montañas Rusas. Había que salir. Caminar. Hacer algo. Ya deben ir como 20 del segundo. Ya seguro los equipos se conforman con el empate. Más vale no arriesgar, quedarse en el molde, cuidar atrás. Un punto es negocio para los dos, ni vencedores ni vencidos, la ciudad tranquila. Todos contentos. Pasa, veloz, un auto. Su conductor lleva el gesto adusto ¡Puede ser otro hincha de Central que está escuchando el resultado tan temido! Sí, a uno le parece haber visto el péndulo de un escarpín azul y amarillo colgando del espejito... ¡Suena una bocina varias veces! Puede ser el inicio de un festejo u, ojalá, el anuncio fatal de un accidente... ¡Ladra un perro! Tal vez se alarmó ante el salto gozoso de su amo, lepra insigne... ¡Atruena el escape abierto de una moto! ¿O son petardos? ¿Hay gol de alguien? ¿Será alborozo ajeno o fuego propio? Uno recupera, de pronto, aquel instinto primario y animal que infructuosamente trataran de legarnos nuestros ancestros aborígenes. Comienza a rastrear señales en la copa de los árboles, a adivinar conductas en la actitud de los animales, a bucear respuestas en los indicios de la naturaleza, en la interpretación del vuelo de los pájaros. Desde una persiana cerrada llega la bocanada fugaz de un relator de radio. Uno apura el paso pero la voz lo persigue como un misil de cabeza inteligente. ¿Qué inflexión ignota había en su voz? ¿La entusiasta y exitista del cronista ante la vibración de una victoria? ¿La cadencia monótona y desilusionada ante la mediocridad de un nuevo empate? Uno es un radar, es una antena, es el cervatillo frágil que eleva el morro húmedo en la espesura, el oráculo que adivina el destino en la lectura sutil de los guijarros. Recuerda sin duda la última tarde en que se perdió — catastróficamente— un clásico. Aquella mañana previa al hecho los perros ladraron alocados, las aves enmudecieron y los gatos tuvieron un comportamiento errático y equívoco revolcándose, aparatosos, sobre sus propias heces. Deben ir, uno calcula, 30 minutos, media hora. Que todo siga así, en calma chicha, que no cambie ¡Otra vez una explosión, otra de estruendo! ¡Que la corten con eso, pelotudos! Ya se la hicieron correr una vez y era mentira. Tiran por tirar. Para hacerlo cagar a uno en las patas, nada más. Aunque sabe que si se confirma un gol de Central lo va a gritar. Solo y en la calle, como un pavote, seguro que pega un salto y se lo grita. Sí señor. Es toda una avalancha de presión que tiene acá, en la boca de la garganta, esperando salir, atragantada. Dobla lentamente un auto, el conductor lo mira y va hacia uno. Es el Negro Mario. ¿Qué quiere este boludo? ¿Por qué aminora la marcha, por qué lo mira? Mario saca media cabeza por la ventana, la menea y sonríe con una mueca triste.

"¡Qué verga que somos, hermano!" dice. Un estilete de hielo le baja a uno desde el pecho hasta la entrepierna. "¿Qué pasa? ¿Perdemos?" pregunta. "Uno a cero". "Qué va a hacer" dice uno, supuestamente filosófico, medio como si no le importara, como si hubiera salido a caminar porque quiere reflexionar tranquilo sobre el devenir humano en el próximo milenio. Mario acelera y se va. Uno está destruido, pulverizado. Un hachazo feroz lo ha partido por el medio. "Qué va a hacer" se repite ¡Una mierda "Qué va a hacer"! ¡Mañana y pasado y toda la semana viendo en la televisión ese gol puto! Y el festejo, y el salto interminable de los lepra, y la pila de jugadores rojinegros celebrando. Y eso si es un solo gol, después de todo. Porque por ahí Central se va a la desesperada a buscar el empate y se come cuatro. Decí que falta poco... Y aguantarse la cargada de Marini. La cara de sobrador del pelado Vega. Los mil chistes malos que brotan como hongos después de cada derrota. El "¿Sabes cómo le dicen a Central?". Hay que meterse en la cama y no salir por 20 días. Eso hay que hacer, la puta madre que lo reparió ¿Para qué carajo uno se pone esa remera mugrienta, la blanca con el dibujo del oso panda, que lo acompañara en tres victorias? ¿Para qué mierda se la pone uno? De ahora en adelante, no los ayuda más, así de claro. No los ayuda más. Después de todo ¿qué tiene que ver uno con ellos, con el equipo? ¿Juega acaso? ¿Uno entra a la cancha y juega, acaso? Son once muchachos medianamente conocidos y a la mierda. Nada más. Apenas eso. Hay cosas más importantes en la vida. Si a uno se le estuviera muriendo la madre en este momento, poco y nada de bola le daría al clásico. Un clásico que no pasará a la historia, de eso no hay duda. Uno de tantos. ¿Cuánto va? Ya debe estar por terminar, casi seguro. Ahora sí, que pase algo. Alguna otra explosión, algún otro dato que permita aferrarse a una ilusión momentánea por lo menos. Aunque después resulte otro gol de Ñuls, mirá lo que te digo. Un dos a cero no es goleada, un dos a cero... ¡Hay otra explosión, otra bomba de estruendo! ¡Y ahora otra, y otra más! Terminó. No cabe duda. Se acabó el clásico y nos ganaron. La reputísima madre que lo reparió. Y bueno, ya pasó. Hay cosas peores. Seguimos arriba, de todos modos, en la estadística. Se oscureció la tarde, está nublado. Ojalá que llueva y se arruine todo. Que nadie ande por la calle. Sale un chico de una casa y después otro. El primero, en cueros grita "¡Vamos Central, todavía!". Un relampagueo de flash lo ilumina a uno por dentro. Se le seca la garganta. Balbuceante alcanza a preguntar, "¿Terminó?". "Uno a uno" dice el chico, "empató Central sobre la hora". Uno camina, ahora aterido, por inercia, por instrumental. ¡Central sobre la hora, carajo! ¡Central sobre la hora! No grita. No hace un gesto. No levanta la mano. El grito le explota adentro como una bomba de profundidad ¡Vamos los canallas, todavía! Parece mentira. Uno hubiese pensado que iba a saltar, desencajado; brincar sobre una verja, treparse a un árbol como un simio, escalar por un balcón hasta una terraza. Pero no. No es para tanto. No era tan terrible, después de todo. Tal vez no tan importante. Pero una sensación de lasitud, de calidez, de infinita paz interior lo va invadiendo cordialmente. Ya está a una cuadra de su casa. Tiene hambre, tiene ganas de ver a su madre, de estar con sus amigos, de acariciar la cabeza de los niños que juegan en la vereda, futuro de la Patria. La tarde está clara, plena de sol y hasta más fresca. Uno se detiene un momento antes de entrar a abrir la puerta y cruza un par de frases con su vecina. Le pregunta por las flores que está regando, por la dimensión insólita que ha alcanzado la enamorada del muro. Comprende, de pronto que esa vieja hinchapelotas y mal llevada, no es tan mala. Por lo contrario, es muy simpática. Entra por fin y va hasta el baño, antes de prender la radio para oír, de punta a punta, los comentarios finales. Orina. Se lava las manos, se mira en el espejo. Tiene más de mil nuevas canas en las sienes. Hay dos arrugas novedosas y profundas en la frente. Las ojeras se han tornado más oscuras. Uno ha envejecido cinco años otra vez, igual que siempre. Todo por un clásico, apenas. Un partido de fútbol, simplemente.
Roberto Fontanarrosa

jueves, 11 de mayo de 2017

B
Me han regalado un diamante
                  E
Y no se qué hacer con tanta luz;
abro mi mano un instante y brilla hasta el cielo
Limpiando el azul.

F#                 B
Es sobre todas las cosas
             A9                 G#m7
Mi piedra preciosa invisible en su faz
F#                   B
Y en el envés transparente
           G#m7             F#
Su forma latente se vuelve real.

Quién sabe por qué misterio
Elige mi pecho para anidar;
de qué incendiado silencio vendrá,
de qué punto del mapa estelar.
F#               B               A9
Me agujereó la camisa marcándome dentro
        G#m7   F#               B
su cronicidad, su pulsar de lejanía
          G#m7            E
con relojería de puro cristal.

F#                B
Ahora voy ya sin aliento
                G#m7                   E
Planeando en el viento y llevándolo al mar.
F#                     B
Voy a arrojarlo a la espuma
                   G#m7              F#
Entre el agua y la duna y a verlo brillar.
C#m         C#m/B                      E
No puedo llevar conmigo este brillo cautivo,
              B          A9          G#m7
Esta piedra lunar; en mi campo oscurecido
              F#              E
Su luz de infinito no puede durar;

        F# B     G#m7  E
Y él fulgura, fulgu    ra,
     F#                B
y me ciega su precioso don;
   F# B      G#m7  E               F#              B
fulgura, criatu    ra, libre de la noche de mi corazón.

A veces llega del cielo
Un presente que nunca nadie previó;
pero existe uno tan bello
Del que no quisiera tomar posesión.
Vino su luz del vacío y me duele ponerlo
De nuevo a viajar; este regalo tardío
No puede ser mío sino del azar.

Marta Gomez Jorge Fandermole Noviembre 2016

Nuria Martinez TRIO en vivo Biblioteca Nacional 6/11/2016

Arranquemos del Invierno - Ancestros (Álbum Completo)

El disco Ancestros se grabó durante un viaje de 3 meses recorriendo todo Chile, viaje que tendrá un documental relatando la experiencia de grabar al aire libre. La producción fue financiada por medio de los fondos cultura 2013.1 El single Tu en las montañas y yo en el mar tuvo la colaboración del compositor Fernando Milagros y el video fue grabado en la localidad de Antuco en la Región del Bío-Bío

Sunday morning

UN TEMA DE LA VELVET ARGENTINIZADO

miércoles, 10 de mayo de 2017

Epumer, Machi, Judurcha - Power Trío FULL ALBUM (2010)

LA GLORIA ESTA VIVA!!

Sithu Aye - Senpai, Please Notice Me! - UK Tech Fest 2016

Sithu Aye (nacido el 26 de junio de 1990) es un guitarrista de un solo proyecto con sede en Glasgow, Escocia. Comenzó su carrera musical con el lanzamiento de su primer álbum Cassini en 2011. Ha lanzado 3 álbumes completos y 5 EPs hasta la fecha. Su último álbum 'Set Course for Andromeda' fue lanzado el 4 de mayo de 2016; Su próximo álbum, 'Senpai EP II: The Noticing' será lanzado el 9 de mayo de 2017. Ha viajado con artistas como Reflections , Protest The Hero y Cyclamen.

MANU GINOBILI

UNA PALABRA,DAME UNA PALABRA....PARA DESCRIBIR AL ENORME MANU

EN TU NOMBRE!!!

“¿Alguien vio a este anciano solo aquí en el desierto, pidiendo limosna a los cactus con su infatigable violín?”...LUIS ALBERTO SPINETTA

Chango Spasiuk "Mi Pueblo, Mi Casa, La Soledad"

desde su apostoles natal,con su mochila al hombro su acordeon y un puñado de sueños llego el chango a la capital argentina,pero nunca olvido su origen e hizo una musica exquisita,al llenandola de matices.ALGO MAS QUE UN FUERTE SAPUKAI!!!

lunes, 8 de mayo de 2017

Achilles Liarmakopoulos plays Piazzolla

UN GRIEGO,RADICADO EN EE UU. QUE TOCA EL TROMBON,QUE HIZO UN DISCO LLAMADO TANGO DISTINTO (INTERPRETANDO MUSICA DE ASTOR) Y QUE ES UNA EXQUISITEZ

D'Angelo and The Vanguard - Prayer

LA VANGUARDIA ES ASI,DISCAZO PARA MI,SOUL,FUNK Y EN ESTE PRAYER UN RIFF DESMENUZADO.UN GENIECILLO DE VIRGINIA,QUE YA HABIA DADO UN PUNTINAZO CON SU DISCO VODOOO

Canciones en re mayor

The Claypool Lennon Delirium - Breath of a Salesman - The Late Late Show...

UNO LIDER DE PRIMUS,EL OTRO CON SUS GENES A CUESTA,SE JUNTARON,CON SU PSICODELIA INTERGALACTICA,DANDOLE AIRE NUEVO  AL MUNDO ROCK

domingo, 7 de mayo de 2017

Manu Sija :: Yo No Vuelvo A Trabajar (Ivan Benavides) :: C H A N G O S O...

PRODUCTOR DEL ULTIMO DISCO DEL CHAQUEÑO PALAVECINO,MULTIINSTRUMENTISTA,ADMIRADO POR PAT METHENY,ESTE TUCUMANO,ES UNA DE LAS JOYAS DE LA MUSICA ARGENTINA,ACABA DE SACAR CHANGOSOLO,SU ULTIMO DISCO,DONDE SE LUCE COMO SIEMPRE CON DISTINTOS INSTRUMENTOS...INCLUSIVE HA MEJORADO EN SU COMPOSICION Y VOZ,DEFICIT (SI SE LE PUEDE LLAMAR),QUE HABIA ENCONTRADO EN SUS DISCOS ANTERIORES

Mariana Päraway - Sirena (Video Oficial)

ESPERANDO EL VIDEO OFICIAL DE SU NUEVO ALBUM,LAS FLECHAS,MARIANA PARAWAY,LO MAS BELLO DE ESTAS PAMPAS QUE HE ESCUCHADO ULTIMAMENTE

Chon - Newborn Sun (Full EP)

Chon es una banda de rock progresivo estadounidense de San Diego ,California . Su música es en gran medida instrumental basado en sólo unas pocas canciones que contienen interpretaciones vocales. La banda está formada por Mario Camarena (guitarra), Erick Hansel (guitarra) y Nathan Camarena (batería). El bajista original Esiah Camerena dejó la banda antes de su debut en el lanzamiento del EP Newborn Sun en 2013, y fue reemplazado por el bajista Drew Pelisek. El 8 de noviembre de 2015, Chon declaró a través de su feed de Twitter que se han separado con Drew Pelisek debido a las "diferencias artísticas". [2] También fue confirmado por Drew en una cuenta personal. [3] Desde la partida de Pelisek, Chon ha tenido varios bajistas de gira, incluyendo al bajista original Esiah Camarena, quien tocó bajo durante el Sonic Unrest Tour. No se sabe si Esiah volverá o no como miembro permanente de la banda.

El 16 de junio de 2017, Chon lanzará su segundo álbum de larga duración "HOMEY".